Sobre Cajebel

Cajebel nació el 20 de febrero de 1992, cuando Carlos y Paquita Torrelles fundaron oficialmente la empresa, partiendo del negocio familiar de camiones que ya gestionaban. El nombre fue solo un juego de palabras con lo más cercano y más querido que tenían: los nombres de sus tres hijos, Carlos, Jesús y Abel.

Pero su crecimiento no fue casual. Las buenas prácticas del negocio familiar y local hicieron que la estructura social de “Francisca Torrelles” quedara obsoleta y necesitara adaptarse. La empresa creció gracias a sus clientes y sus peticiones, y a la voluntad de ellos mismos por adaptarse y ofrecer siempre el mejor servicio. Los clientes fidelizados, con nuevas demandas y contratos, permitieron pasar de uno a varios camiones y finalmente a la necesidad de constituir la sociedad.

Cajebel nace de la voluntad de facilitar y lleva en su ADN ayudar. Buscando siempre mejorar el servicio, la atención y la forma de dar solución a las necesidades de sus clientes, ha ido creciendo de forma orgánica gracias a la confianza depositada en ellos.

Su carácter amable, conciliador y siempre en busca de la mejor solución a los problemas, les llevó a aceptar una deuda de cobro en especies: un camión.

La familia Torrelles-Torrelles, natural de Rosselló y Vilanova, se dedicaba al sector avícola, un negocio familiar al que sacaban el máximo rendimiento. Fueron pioneros en la reutilización de los desperdicios como adobo que vendían a los agricultores de la zona y otros territorios como fertilizante para sus campos.

En 1980, un problema de cobro se convirtió en una oportunidad para mejorar los servicios que ofrecían, y lejos de dejar pasar la ocasión, rápidamente aprovecharon las circunstancias para sacar provecho y obtener un rendimiento del camión que había llegado a sus manos.

Evidentemente, esto supuso un valor añadido a su explotación, pero no solo para ellos, sino también para los conocidos, agricultores y empresarios locales que solicitaban los servicios exclusivos de transporte de mercancías debido a la proximidad y el firme cumplimiento de los compromisos que adquirian.

Así pues, la buena reputación aumentó la demanda, lo que desembocó en 1982 en la creación de un nuevo negocio: Transportes Francisca Torrelles, paralelo a la explotación aviar y dedicado exclusivamente al transporte mercancías de los sectores agroalimentario y de construcción. Con la creación del nuevo negocio, contribuyeron aún más a su territorio, ofreciendo lugares de trabajo estables y nuevas oportunidades a los habitantes del mismo.